El Aylla Rewe Ngen Mapu Kintuantü expresó su profundo dolor tras el suceso acaecido el martes 19 de agosto en la ribera del río Pilmaiquén, en la zona de Maihue-Carimallín, donde una niña perdió la vida y Ariel Maripán Paillán, quién se encontraba auxiliando durante una ceremonia ancestral, resultó desaparecido. Este lugar, de gran significación espiritual y cultural para el pueblo Mapuche Williche, ha sido identificado histórica y oficialmente como un sitio de sanación y fortalecimiento cultural, reconocido incluso por organismos estatales como el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), CONADI y la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA).
Aunque la empresa Statkraft, propietaria de proyectos hidroeléctricos en la zona, reconoce la relevancia de este complejo ceremonial, las comunidades sostienen que las dos centrales que operan en el río —la Central Pilmaiquén, administrada por Enel desde 1944, y la Central Rucatayo, inaugurada en 2012 por Statkraft— generan incrementos bruscos en el caudal. Según el comunicado emitido, estas modificaciones comprometen tanto la seguridad de las personas como la continuidad cultural del pueblo, evidenciando un riesgo permanente derivado de estas intervenciones en un entorno ancestral.
Ante esta situación, se exige que las pesquisas sobre el lamentable accidente se lleven a cabo de manera imparcial y transparente, incluyendo una revisión de las responsabilidades de las compañías hidroeléctricas, con el fin de evitar la repetición de hechos similares y proteger el patrimonio vital de la comunidad.
Paralelamente, en un contexto de creciente tensión, el Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC) presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una solicitud de medidas cautelares. Estas medidas buscan proteger a la Machi Millaray Huichalaf, su familia y otros defensores del territorio Mapuche Williche, quienes han sido objeto de hostigamientos, detenciones arbitrarias y allanamientos militarizados en los últimos meses. Entre los episodios denunciados se encuentran la detención irregular de Jaime Javier Uribe en mayo y un allanamiento en la residencia de la Machi en agosto, situaciones que evidencian un uso excesivo del derecho penal para coartar la defensa del territorio y la identidad cultural.
En este complejo escenario, tanto las comunidades como las organizaciones defensoras reclaman acciones inmediatas por parte del Estado y de organismos internacionales que aseguren la protección de la vida, la integridad y la libertad de los defensores ancestrales. La defensa del río Pilmaiquén y la preservación del sagrado Ngen Kintuantü se mantienen como ejes fundamentales de la existencia colectiva, subrayando que ninguna tragedia o polêmica legal podrá interrumpir la lucha por la identidad y la continuidad del pueblo Mapuche Williche.
Autor: Iñigo Socías