El proyecto de TotalEnergies H2, desarrollado a través de H2 Magallanes, se ha convertido en el emprendimiento de mayor envergadura que ha ingresado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), con una inversión estimada de US$16.000 millones. La iniciativa tiene como objetivo establecer un complejo industrial en la región de Magallanes para producir amoníaco a partir de hidrógeno generado con electricidad eólica y agua de mar desalada.
En los últimos días, se han recibido las primeras observaciones por parte de diversos organismos ambientales, marcando el inicio de una etapa crítica en el proceso de evaluación. Entre los entes que han formulado objeciones se encuentran el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur).
El SAG cuestiona aspectos relacionados con el plan de recolección de huevos para fines de reproducción. Según el organismo, la información técnica y formal presentada resulta insuficiente para demostrar que la captura de huevos es adecuada para la especie. Entre los puntos señalados se destacan la falta de especificación sobre la cantidad de huevos o parejas reproductoras a capturar, la ausencia de delimitación sobre el lugar de captura y destino, y una metodología basada en supuestos que no garantiza la efectividad de la medida ni evita impactos adicionales en la población.
Por su parte, la CONAF ha manifestado preocupaciones en cuanto al diseño muestral utilizado para caracterizar las unidades vegetacionales. El organismo solicita la ampliación de la información mediante un análisis estadístico que respalde el método empleado, incluyendo cálculos de error de muestreo, niveles de confianza, índices de completitud y curvas de acumulación de especies. Asimismo, se requiere la entrega de un protocolo detallado para la colecta y propagación (sexual y asexual) del material vegetal, abarcando aspectos como la identificación de áreas de recolección, métodos para preservar la variabilidad genética y protocolos de germinación y enraizamiento.
El Servicio Nacional de Turismo ha dirigido sus observaciones al componente paisajístico, especialmente en el ámbito marino. Sernatur resalta la ausencia de puntos de observación en la zona marina, a pesar de que se ha definido una unidad de paisaje en ella, conocida como Bahía Posesión. La entidad hace referencia a la “Guía de evaluación de impacto ambiental Valor paisajístico” del SEIA (2019), recomendando que dichos puntos se ubiquen en sectores de mayor accesibilidad, tales como principales ejes viales, miradores, áreas urbanas y, en el caso de proyectos costeros o marítimos, desde el propio mar, considerando la intensidad del flujo náutico.
Mientras algunos organismos, como el Ministerio de Bienes Nacionales, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), la Superintendencia de Servicios Sanitarios y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, han indicado que no presentarán observaciones por no afectar sus competencias, estas primeras disconformidades podrían forzar ajustes significativos en la línea base ambiental y en las medidas de mitigación del proyecto. El futuro próximo definirá si el ambicioso megaproyecto logra superar estos obstáculos regulatorios sin contratiempos mayores y continúa avanzando en su proceso de evaluación ambiental.
Autor: Roberto Sánchez