La energía solar conforma el 40% de las ERNC en Chile y podría cuadruplicar su capacidad hacia 2030

Con más de 10.680 MW fotovoltaicos en operación, Chile se destaca en Latinoamérica, proyectando alcanzar 40.000 MW en cinco años a pesar de desafíos regulatorios y saturación de redes; el norte concentra la actividad, mientras el centro-sur se posiciona para el crecimiento en PMGD y autoconsumo industrial.

Chile continúa consolidándose como referente regional en el ámbito de la energía solar, contando con más de 10.680 MW de capacidad fotovoltaica instalada y con una proyección ambiciosa de llegar a 40.000 MW en el transcurso de los próximos cinco años. Las regiones del norte, destacando Antofagasta, Atacama y Coquimbo, concentran la mayor parte de estos proyectos, aprovechando niveles de radiación excepcionales, terrenos adecuados y la cercanía a importantes centros industriales. No obstante, el centro-sur del país empieza a emerger como un nuevo hub para proyectos de Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD) y sistemas de autoconsumo, beneficiando a sectores industriales, agrícolas y forestales.

Martín Benegas, Head Business Developer de Terralink, señala que el sector solar se encuentra en una etapa incipiente de madurez, destacando la solidez y el dinamismo de una industria en expansión, a pesar de enfrentar desafíos en áreas como la transmisión, regulación y financiamiento. Asimismo, destaca que la creciente demanda por soluciones llave en mano y proyectos de menor escala para autoconsumo está marcando una tendencia significativa en zonas productivas de Maule, Ñuble y Biobío, donde se reconoce un gran potencial, aunque se requieran ajustes normativos e incentivos adecuados.

El liderazgo del país en energía solar se fundamenta en condiciones naturales inigualables: los niveles de radiación solar más altos del planeta, vastas extensiones de terreno y un marco técnico avanzado que favorece su explotación. Además, el creciente interés por el autoconsumo y los proyectos PMGD no se limita únicamente a las grandes macroplantas del norte, sino que promueve una diversificación regional de la actividad solar.

La incorporación de tecnologías avanzadas, como el monitoreo remoto mediante inteligencia artificial, ha permitido optimizar la eficiencia de los sistemas industriales, anticipando fallas y ofreciendo mayor confiabilidad. Paralelamente, el almacenamiento de energía gana relevancia, sobre todo en áreas donde la saturación de las redes representa un desafío. Con políticas públicas orientadas a modernizar la transmisión y estimular el almacenamiento y autoconsumo, se vislumbra la posibilidad de que la energía solar supere el 50% de la matriz eléctrica para el año 2040.

En palabras de Benegas, el potencial solar de Chile es extraordinario, y superar los actuales cuellos de botella no solo acelerará la transición energética, sino que también promoverá un desarrollo regional diversificado a través de una industria limpia, tecnológica y descentralizada.

Autor: Jorge Rojas

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